Cada día es un regalo de Dios, y para cada uno él tiene algo que decirnos. Tomemos un momento de silencio y dediquémonos a la escucha de su Palabra. Ayudados por las reflexiones que aquí se nos ofrecen, podremos reconocer y volcar por escrito el mensaje propio para cada momento de nuestra vida.

Es una invitación a dejar que sea el Espíritu Santo quien ilumine nuestras decisiones, siguiendo las huellas de Jesús, y nos señale el camino que nuestro Padre tiene pensado para nosotros. Es una herramienta más para recordar que nunca estamos solos, sino que gozamos de la mejor compañía.

Formato: Anillado