Mt 10, 17-22: El Espíritu del Padre hablará por ustedes
Esteban, protomártir (s. I) Ntra. Sra. de Andacollo Primera lectura: Hch 6, 8-10; 7, 54-60 Veo el cielo abierto Salmo responsorial: Sal 30, 3c-4. 6.7b-8a. 16bc-17
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: ¡Cuidado con la gente!, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. Los harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y los paganos. 19Cuando los entreguen, no se preocupen por lo que van a decir; 20pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. 21Un hermano entregará a la muerte a su hermano, un padre a su hijo; se rebelarán hijos contra padres y los matarán. 22Serán odiados por todos a causa de mi nombre. Quien resista hasta el final se salvará.
Comentario
Esteban es testigo de la luz, gracias a su compromiso con la verdad y la justicia, manifestadas en Cristo Jesús. Fue considerado blasfemo y por eso lo lincharon. Esteban era helenista en Jerusalén: un foráneo para los locales; para el grupo de mesianistas galileos, un extraño. Pero creyó en el proyecto de Dios y dio su vida por Él. El Reino de Dios no es un proyecto de ultratumba, sino de hacer la experiencia de Cristo Jesús con los más necesitados de nuestro mundo. En ese proyecto hay una gran dosis de ruptura con lo establecido y de rebeldía contra lo instituido cuando los marginados y oprimidos no son prioridad de acción y de misión. El Reino privilegia a los excluidos. Implica, por lo mismo, una necesaria lectura de la realidad y una reinterpretación de la fe cristiana, más en la línea testimonial y militante, que en la pietista ritual. La fe cristiana que recupera el proyecto de Dios debe hacerlo viable el día de hoy. El proyecto de Jesús requiere testigos.