
Lc 9, 1-6: Los envió a proclamar el reino de Dios
Cleofás (s. I) Primera lectura: Esd 9, 5-9 Dios no nos abandonó Interleccional: Tb 13, 2. 3-4a. 4bcd. 5. 8cd
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. 2 Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar [enfermos]. 3 Les dijo: No lleven nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni dos túnicas. 4En la casa en que entren permanezcan hasta que se vayan. 5 Si no los reciben, al salir de la ciudad sacudan el polvo de los pies como prueba contra ellos. 6 Cuando salieron, recorrieron los pueblos anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos por todas partes.
Comentario
En el Evangelio de hoy, los discípulos son convocados por el Maestro y enviados a una misión con un objetivo claro: expulsar los demonios, curar las dolencias y anunciar el Reino de Dios. La muchedumbre observaba la autoridad de Jesús sobre los demonios, las curaciones y el anuncio de la Buena Nueva. Jesús envía a sus discípulos haciéndoles las siguientes recomendaciones: 1) confiar en la hospitalidad, el discípulo no tiene nada y depende de todo, con la confianza de que va a ser recibido, 2) compartir la vida, insertarse en la vida de los destinatarios de la misión, compartiendo casa y comida, 3) curar a los enfermos y expulsar a los demonios, defender a los excluidos, 4) aceptar la comunión de la mesa, cercanía con las personas, superando el miedo a perder la pureza. La finalidad de la misión es proclamar la cercanía del Reino que acontece en la liberación de los males y de la opresión, y en la fraternidad universal superando los criterios de exclusión. ¿Cómo podemos continuar la misión de los apóstoles hoy?