
Lc 19, 45-48: Se puso a echar a los mercaderes
Cecilia, virgen y mártir (177) Primera lectura: 1Mac 4, 36-37.52-59 Celebraron la consagración del altar Interleccional: 1Cr 29, 10-12
En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los mercaderes 46diciéndoles: Está escrito que mi casa es casa de oración y ustedes la han convertido en cueva de asaltantes. 47A diario enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los letrados y los jefes del pueblo intentaban matarlo; 48pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.
Comentario
En la primera lectura vimos que Judas Macabeo y sus hermanos purifican y vuelven a consagrar el Templo que había sido difamado por Antíoco, gobernador e invasor de Siria. Ese Templo santo se ha convertido ahora en “cueva de ladrones”. Jesús se indigna porque en el recinto se comercializaban los animales para los holocaustos y había mesas para cambiar el dinero romano y griego por el judío, que podía ser usado en las ceremonias del Templo. La reacción de Jesús es contra aquellos que han convertido la religión en un negocio. Enojado, no solo grita su indignación sino que pasa violentamente a la acción… lo que molestó tanto a las autoridades y sacerdotes que empiezan a buscar cómo matarlo para hacerlo callar. Nosotros, la comunidad cristiana, ¿somos capaces de indignarnos junto con Él? ¿Somos capaces de denunciar a los “ladrones” que proliferan en nuestra sociedad e Iglesia? ¿O tenemos miedo a la reacción de las autoridades?