Mc 6, 53-56: Lo tocaban y quedaban sanados
Escolástica (547) Primera lectura: 1Re 8, 1-17.9-13 Llevaron el arca al Santuario Salmo responsorial: Sal 131, 6-10
Terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. 54Cuando desembarcaron, la gente reconoció a Jesús. 55Recorriendo toda la región, le fueron llevando en camillas todos los enfermos, hasta el lugar donde habían oído que se encontraba. 56En cualquier pueblo o ciudad por la que pasaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejara tocar al menos los flecos del manto. Y los que lo tocaban se sanaban.
Comentario
La presencia de Jesús supuso la resignificación de los márgenes existenciales y culturales. En el territorio y los sujetos que los habitan, sus palabras y acciones, inauguran una nueva perspectiva «de lugar» y de relaciones «ecohumanas», porque acontece el Reino de Dios. Su práctica sanante se hace «implicancia» dado que posibilita escenarios y capacita a personas para la inclusión y la paz. En otras palabras, Jesús de Nazaret humaniza tanto a las personas como a los espacios. El desafío hoy de los seguidores del Maestro es ir a las fronteras existenciales y culturales y sembrar, en y con ellas, el Reino de justicia y misericordia que deslegitima las lógicas de opresión, xenofobia y genocidio. Estamos invitados a transformar el entorno cultural desde la implicancia salvífica humanizadora como un modo de habitar el territorio ecohumano, en el que se aprende a escuchar las necesidades históricas y las inspiraciones del Espíritu, a sanear los escenarios sociales desde la equidad y el reconocimiento de la diferencia. ¿Cómo humanizas tus espacios? ¿Qué haces por los enfermos de tu comunidad?