Lc 10, 1-12: La paz descansará sobre ellos
Teresita del N. Jesús (1897) Primera lectura: Job 19, 21-27 Mi Defensor vive Salmo responsorial: Sal 26, 7-9c.13-14
En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos [en dos], a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir. 2 Les decía: La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha. 3 Vayan, que yo los envío como ovejas entre lobos. 4 No lleven bolsa ni alforja ni sandalias. Por el camino no saluden a nadie. 5 Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. 6 Si hay allí alguno digno de paz, la paz descansará sobre él. De lo contrario, la paz regresará a ustedes. 7 Quédense en esa casa, comiendo y bebiendo lo que haya; porque el trabajador tiene derecho a su salario. No vayan de casa en casa. 8 Si entran en una ciudad y los reciben, coman de lo que les sirvan. 9 Sanen a los enfermos que haya y digan a la gente: El reino de Dios ha llegado a ustedes. 10Si entran en una ciudad y no los reciben, salgan a las calles y digan: 11Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos y se lo devolvemos. Con todo, sepan que ha llegado el reino de Dios. 12Les digo que aquel día la suerte de Sodoma será menos rigurosa que la de aquella ciudad.
Comentario
Recordamos a santa Teresita, quien, siendo muy joven, abrazó el sufrimiento como una forma de compartir la pasión de Jesucristo. El sufrimiento de las personas es motivo de conversaciones y debates como sucede con Job y sus amigos que buscan cuál es el sentido de los padecimientos de este, quien se siente herido y perseguido por Dios. No se conforma con lo que le está aconteciendo, porque fue un hombre bueno, que hizo la justicia y sin embargo, lleno de paciencia, afirma que su “defensor” (go’el en hebreo, el rescatador) está vivo y vendrá a libertarlo. Jesús recomienda a los 72 misioneros no llevar nada para el camino; los manda pobres para entrar en las casas de los pobres. De esta forma, los misioneros provocarán la acogida y el recibimiento de las personas: en eso consiste, al final, el anuncio del Reino de Dios en la teología de Lucas: ser acogidos en las casas, sentarse a la mesa y compartir aquel pan que es el mismo Jesús resucitado. ¿Has tenido la oportunidad de ser acogido?