Lc 14, 12-14: Invita a pobres y lisiados
Carlos Borromeo (1584) Primera lectura: Rom 11, 29-36 Dios tiene misericordia Salmo responsorial: Sal 68, 30-31. 33-34. 36-37
En aquel tiempo dijo Jesús al que lo había invitado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a tus amigos o hermanos o parientes o a los vecinos ricos; porque ellos a su vez te invitarán y quedarás pagado. 13Cuando des un banquete, invita a pobres, mancos, cojos y ciegos. 14Dichoso tú, porque ellos no pueden pagarte; pero te pagarán cuando resuciten los justos.
Comentario
Es común que en los sectores populares de nuestros pueblos latinoamericanos se tienda a buscar compadres o padrinos o parentescos con personas adineradas, sin importar de donde proceden sus recursos. Esto para aparentar y ganar prestigio ante los demás. Sin embargo la práctica y la enseñanza de Jesús van en sentido contrario. No invites a parientes o vecinos ricos, por el contrario invita a pobres, cojos, mancos y ciegos, es decir, a los que no cuentan, son excluidos y rechazados por las “gentes de bien”. Así es la lógica de Jesús, totalmente diferente y opuesta a la nuestra. El papa Francisco en la convocatoria al primer día internacional de los pobres dice “El Cuerpo de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles”. El Papa establece una relación directa entre el cuerpo sacramental eucarístico y el cuerpo físico y social de los empobrecidos. ¿Qué conclusiones para nuestra experiencia de fe podemos sacar de este mensaje?